Aunque soy madrileña de nacimiento y viví allí hasta los 25 años, siempre soñé con vivir en el campo. Pasé los primeros veranos de mi vida en un albergue de montaña ubicado en el puerto de la Fuenfría y aquello marcó profundamente mi sensible psique infantil. Más tarde, de joven, visitaba con asiduidad la sierra madrileña, concretamente Navacerrada, donde mis padres habían comprado una casa. En la naturaleza sentía una paz y una libertad que no encontraba en la ciudad, y eso me hacía ir una y otra vez, y allí escapaba siempre que podía. Cuando terminé el colegio y luego la carrera de Económicas, no me veía haciendo una vida “normal” y, tras una profunda crisis existencial, me fui a vivir a un proyecto alternativo próximo a Tarifa. Allí me sentía como pez en el agua : en la huerta, haciendo pan, aprendiendo cocina vegetariana, bioconstrucción, conviviendo con gente de todas partes del mundo y durmiendo en una choza hecha con cañas. Y ya nunca más volví a vivir a la ciudad. Desde entonces han pasado ya casi 3 décadas.
Ofrezco un lugar para conectar con la naturaleza, que te permite disfrutarla y vivirla con los cinco sentidos.
Más tarde, tras pasar 5 años viviendo en grupo en una finca próxima a Brunete, falleció mi madre y heredé un dinero con el que compré la finca en la que actualmente vivo. Era el año 2.000 y con el cambio de milenio cambié mi lugar de residencia a este paraje bello, benigno y protegido, y con un gran parecido al que mi alma soñaba. Los primeros años fueron duros.
La finca había estado abandonada mucho tiempo y no tenía electricidad, ni agua corriente, ni una casa habitable, tan solo una pequeña casa muy rústica, un secadero de pimentón y una majada de cabras. Viví en tienda de campaña un año, cinco en una caravana y otros cinco en una cabaña de madera, antes de poder tener terminada mi habitación en el año 2011.
En aquellos años me conecté mucho a la naturaleza, me limpié de muchas creencias y reconecté con lo más básico. Fue mi auténtica y particular escuela.
Comer de manera saludable nos conecta con la naturaleza y nos hace ser más conscientes de la conexión que tenemos con ella.
En el 2007 comencé a estudiar Cocina Macrobiótica y Medicina Oriental y cambié mi alimentación.
El tema me apasionó por todo lo que descubrí al hacer este cambio y desde entonces seguí formándome en temas de salud natural y prestando mucha atención a lo que comía, y al efecto que eso generaba en mi.
Al finalizar la casa en el 2018, empecé a dar forma en mi mente al centro de retiros y a la escuela de cocina. Y fue durante la pandemia que terminé el espacio dónde daría las clases y que también sería el comedor para los grupos.
Después de todos estos años de vida un poco ermitaña y absolutamente enfocada en la construcción del lugar y el mantenimiento de la finca, entro en una nueva fase de mi vida en la que abro las puertas a la gente que, como yo, valora la naturaleza, lo sencillo, lo real y que además busca dar un sentido más profundo a su vida.
A todos lo que creéis que otro mundo es posible
El Centro de Retiros idóneo para organizadores que busquen un lugar preparado para tal fin.
Entérate de todas las novedades, talleres y retiros que ofrecemos en La Dama del Bosque.
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