Con la llegada de la primavera la naturaleza se activa y comienzan a brotar las hojas de los árboles, la hierba, las flores. Las aves comienzan a anidar y gran parte de los animales inician un ciclo reproductivo. En nosotros ocurre lo mismo, el metabolismo se activa y los días largos y de temperatura agradable nos invitan a una mayor actividad, mayor movimiento y tenemos más ganas de disfrutar de la naturaleza y de socializar.
Es momento de adaptar la cocina a este cambio cíclico que en la naturaleza se da en estas fechas. Aunque intuitivamente solemos hacerlo comiendo más frutas de temporada, ensaladas, menos guisos, menos grasas, etc…no está de más recordar que si acompañamos conscientemente el cambio de estación con los alimentos que comemos y su forma de cocinarlos, estaremos yendo a favor del movimiento natural, y nuestro cuerpo lo agradecerá con un mejor funcionamiento y evitando muchas molestias asociadas a este cambio de estación.
La primavera se corresponde según la medicina oriental con el elemento madera, el cuál rige el hígado y la vesícula biliar, es, por tanto, un tiempo para cuidarlos y hacer hincapié en eliminar todo aquello que lo daña y tomar lo que le beneficia. Momento de limpiar y purificar los excesos de la alimentación de invierno que suele llevar más grasas, más sal, más guisos cocinados y más proteína animal.
Ensaladas frescas y batidos son un buen aliado, ejemplos de plantos cocinados en nuestros talleres.
Algunas recomendaciones básicas son éstas:
- Tomar más verduras verdes, sobre todo hojas y verduras de energía ascendente: berros, ortigas, borrajas, hojas de rabanitos, apio, hojas de diente de león, espárragos, puerros, cebolletas, rabanitos, cebollino..
- También es buen momento para hacer pequeños ayunos haremos cocciones más ligeras, con menos aceite, menos sal, y, muy importante, menos cantidad.
- Podemos comer más germinados, verduras fermentadas y ensaladas prensadas, escaldados, salteados con movimiento (wok) y cocciones al vapor.
- Usaremos más el sabor ácido en nuestros aliños y platos. Este sabor facilita el movimiento ascendente, es depurativo y nos desintoxica.
- Reduciremos fritos y horneados, harinas, condimentos salados y grasas en general.
- Tomaremos frutas de temporada, que suelen ser más ácidas, como fresas, nísperos o cerezas. Todas ellas son altamente depurativas.
- Usaremos el mínimo de aceite para ayudar a nuestro hígado a depurarse y relajarse.
- Reduciremos también la cantidad de proteína diaria, prefiriendo siempre la proteína de origen vegetal a la animal.
¡¡ Ve a favor del movimiento de la naturaleza y notarás la diferencia!!
¡FELIZ PRIMAVERA!